Los inversores se encuentran centrados en la crisis griega y el contagio que supondría una salida de la eurozona para el resto de países periféricos en problemas. Siendo este el tema principal, no hay que dejar de ver e interesarse por otros polos de atención que pueden marcar tendencias de mayor plazo a nivel mundial. Y uno de ellos es China.
Los especialistas en la economía china están preocupados ya que el crecimiento de China podría estar desacelerándose a un ritmo mucho más elevado de lo que el gobierno chino quiere y las estadísticas señalan.
Un número creciente de economistas están diciendo que el crecimiento del 8,1 por ciento en tasa interanual que publicó la Oficina Nacional de Estadísticas de China en el primer trimestre de este año, fue sospechosamente elevado incluso para los estándares de fiabilidad que se atribuyen a menudo a esas estadísticas.
Si la lectura del dato se realiza de forma anualizada y desestacionalizada, como a los economistas estadounidenses les gusta hacer, se traduciría en un 7,4 por ciento de crecimiento anual. Eso queda muy lejos del 10,4 por ciento de 2010 y el 9,2 por ciento, del año pasado.
El motivo que cuestiona la cifra de crecimiento desde el 8,1 por ciento al 7,4 por ciento es la gran cantidad de datos que apuntan a un ritmo mucho más lento, apunta Rowan Callick en un artículo en el diario australiano The Australian.
Estos incluyen un aumento de la producción de electricidad de sólo un 0,7 por ciento durante el mes pasado, cuando las importaciones crecieron sólo el 0,3 por ciento, las ventas de inmuebles cayeron un 16 por ciento, y la construcción de nuevos inmuebles que descendió un 4,2 por ciento.
El Banco de China, la tercera institución financiera por activos, anunció que sus nuevos préstamos cayeron un 17 por ciento en el primer trimestre, en tasa interanual. Los depósitos en los bancos chinos en su conjunto descendieron un 0,5 por ciento el mes pasado, de acuerdo con el banco central.
Muchas familias están aprovechando la apertura gradual de acceso a otros productos de gestión de riqueza a parte de los depósitos bancarios, aunque la rentabilidad en la mayoría se sitúa por debajo de la inflación.
El Banco Popular de China (su banco central) anunció la semana pasada un recorte de medio punto porcentual en la tasa de reservas obligatorias, pero bajo estas circunstancias es poco probable que logre el objetivo de liberar más fondos para que fluya el crédito.
La producción industrial subió apenas un 0,35 por ciento en abril desde marzo, después de haber aumentado un 1,22 por ciento desde febrero. Y el valor agregado de la producción industrial ascendió un 3,9 por ciento en abril respecto al año anterior, disminuyendo considerablemente desde el 11,9 por ciento de marzo.
Las ventas minoristas subieron un 14,1 por ciento en abril respecto al año anterior, un 15,2 por ciento en comparación con el aumento de marzo.
El aumento en el índice de precios al consumidor se desaceleró a un 3,4 por ciento en abril desde el 3,6 por ciento de marzo.
Incluso las ventas domésticas de Caterpillar han disminuido en tasa interanual.
La firma británica de análisis de riesgos Business Monitor Internacional ha pronosticado que el volumen de carga aérea aumentará en un 4,4 por ciento en China este año, el Puerto de Shanghai aumentará su tráfico en tan solo un 2,3 por ciento, el transporte nacional de mercancías por carretera repuntará un 3,6 por ciento y el transporte ferroviario de mercancías un 3,7 por ciento.
De acuerdo a los cables estadounidenses revelados a través de Wikileaks, Li Keqiang, que ha de convertirse en primer ministro, dijo que utiliza 3 estadísticas clave para el seguimiento de la economía china, en lugar de la cifra de crecimiento:
1) el consumo de electricidad,
2) el volumen de carga ferroviario y
3) el préstamo bancario.
2) el volumen de carga ferroviario y
3) el préstamo bancario.
Agregando los tres datos desde principios de año hasta la fecha, es difícil ver cómo China puede alcanzar un crecimiento cercano al 8,5 por ciento.
Hay un fuerte imperativo político para que el partido en el poder mantenga un ritmo de crecimiento suficiente para prevenir la pérdida de puestos de trabajo, ya que nos encontramos en plena transición de poder que sucede una vez en una década.
La clave para entender China es que el Partido Comunista querrá asegurarse de que los niveles de vida siguen aumentando y a cambio demandará ser capaz de gobernar como quiera.
Y la oscuridad china a la hora de pronosticar con acierto como irá su economía impacta en el resto del mundo, especialmente en los países con un comercio más directo.
El profesor Chovanec dice que los supuestos contemplados en los presupuestos de Australia están "muy lejos de la situación en estos momentos."
"Hay muchas contradicciones en los datos oficiales que son difíciles de resolver", dice.
Por ejemplo, se afirma que la contribución del consumo al producto interior bruto se está acelerando, pero las ventas al por menor en realidad se están desacelerando.
"Cuando nos fijamos en las líneas de tendencia, vemos que están a la baja: por ejemplo, el sector inmobiliario, que representa una gran parte de la demanda de acero y que ha beneficiado especialmente a Australia, se ha posicionado perfectamente para alimentar el auge de la inversión en China en los últimos tres años ".
El sector inmobiliario comprende una cuarta parte de los activos fijos de las inversiones en China, y la mitad de su crecimiento del PIB. Sin embargo, sus ventas han bajado este año y los inicios de construcción están planos o en caída.
Sólo el 14 por ciento de los consumidores chinos dice que están interesados en adquirir una vivienda, la tasa más baja desde 1999, porque ven que los precios han disminuido.
Una alternativa es que el gobierno de Beijing invierta dinero en infraestructuras. Sin embargo, la construcción de carreteras está desfalleciendo, y la construcción ferroviaria se ha reducido sustancialmente.
"El tema aquí es que no hay dinero suficiente en el sistema para financiar nuevas inversiones y volver a empaquetar masivas deudas incobrables", dice el profesor Chovanec.
Él dice que la tercera opción es una expansión del crédito - pero lo que estamos viendo es todo lo contrario (una contracción del crédito), y el gobierno no se fía de la inflación (tanto la inflación de activos, como la inflación de precios) por el impacto social en un momento políticamente sensible.
A pesar de la percepción común a nivel internacional, añade, "no hay muchas opciones que se puedan adoptar, y todas ellas tienen un coste".
China podría inyectar de nuevo dinero para reactivar la burbuja de activos, dice, pero la calidad y el valor de la infraestructura resultante serían cuestionables. Y no hay ninguna garantía de que el gasto en más urbanizaciones impulse la productividad y pague por sí mismo los costes.
Chovanec dice que para que los consumidores encabecen el impulso de la economía, sustituyendo a los inversores y los productores y destetando a la economía de los estímulos, se requiere un cambio estructural masivo en las áreas examinadas, como las tasas de interés, impuestos y tipos de cambio. Esto es positivo, pero sería necesario un considerable valor político.
Esto significaría que el consumo crecería más rápido que el crecimiento del PIB, algo que no ha sucedido hasta ahora.
"Hay un futuro para China después de una corrección, por supuesto", dice. "Pero para volver a una senda de crecimiento sostenible, hay que cambiar mucho la composición de la economía del país."
Michael Pettis, profesor de la Universidad Guanghua School of Management de Beijing, comenta que siempre hay debate sobre la validez de las cifras del PIB de China.
"Siempre ha habido un fuerte incentivo para que los funcionarios exageren las cifras de crecimiento". "Pero si el crecimiento es inferior a las cifras oficiales, ¿por qué los precios de las materias primas se mantiene en precios elevados?"
Pettis sospecha que se debe a la acumulación de inventarios adicionales en los productos básicos no alimentarios. Añade que el 90 por ciento del cobre que se encuentra en los almacenes en Shanghai se utiliza para la financiación - y si los precios bajan China se convertirá temporalmente en un exportador de cobre.
El profesor de la Guanghua School señala que la desaceleración en China es un hecho indudable, y la reducción de los requerimientos de reservas - como hizo el banco en las últimas semanas - no ayudará en mucho.
Fuentes: Rowan Callick - The AustralianPublicado por #Froilán# 21/Mayo/2012